lunes, 9 de noviembre de 2009

Medio Ambiente

El Informe Stern y el Perú: El futuro del Planeta en nuestras manos


El cambio climático y sus efectos negativos ha dejado de ser tema de preocupación de científicos y académicos para convertirse en tema de atención prioritaria de las agendas de los jefes de gobierno de los países más industrializados del mundo, como es el caso de los países que integran el G-8.
Y esto no es casual, los efectos que el cambio climático puede tener sobre la economía mundial, en caso de no adoptarse medidas inmediatas, pueden ser inimaginables.

Sobre este tema de acuciante actualidad versa el Informe Stern sobre los aspectos económicos del cambio climático en el mundo; documento poco conocido en nuestro país, pero cuya lectura es indispensable para políticos, empresarios y los ciudadanos en general por sus dramáticas conclusiones sobre el costo del cambio climático.

En el año 2003 el entonces ministro de hacienda del Reino Unido – y ahora Primer Ministro- Gordon Brown le encargó a Nicholas Stern la elaboración de un informe respecto de los efectos que el cambio climático y el calentamiento global tendrían sobre la economía mundial.

Nicholas Stern no es meteorólogo o físico sino un economista de talla mundial y, durante las últimas décadas, pasó la mayor parte de su tiempo no en universidades sino en instituciones que elaboran las políticas que rigen la economía mundial: en los años 90 fue Economista Jefe del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y de ahí pasó al Banco Mundial para ocupar el mismo cargo.

El 30 de octubre de 2006, hizo público un informe que constituye la más severa llamada de atención a los gobiernos, políticos y empresarios de todo el mundo por la gravedad de sus hallazgos.

Y es que la principal predicción de Stern es simplemente espeluznante: si no se actúa ahora, los costos del cambio climático para el planeta equivaldrían a la pérdida irreversible de al menos el 5% del PBI global y en un escenario más pesimista la perdida podría llegar hasta el 20% o más del PBI.

Pero la conclusión más alarmante es que, paradójicamente, serán los países más pobres –que son los que menos han contribuido a las causas del cambio climático y que están peor preparados para enfrentar cambios rápidos- los que se verán más afectados y con mayor intensidad.

De no adoptarse medidas urgentes para reducir las emisiones, la concentración de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, podría más que duplicarse para el año 2035 y la temperatura media del planeta se incrementaría en 2º Para tener una idea de la magnitud de ese incremento en la temperatura del planeta, aparentemente insignificante, basta señalar que la temperatura del planeta sólo se ha incrementado en 1ºC desde los albores de la civilización.

En esta sentido, el Informe Stern es precursor de la mucho más conocida película «Una verdad incómoda», del ex vicepresidente norteamericano Al Gore con la cual coincide en advertir el dramático horizonte que proyecta el cambio climático en curso y que es conocido como «calentamiento global».

Esto afectará profundamente la geografía física y humana del planeta; afectará los elementos esenciales de la vida como la conocemos y la de todas las personas, independientemente del lugar del planeta que habiten. Cientos de millones de personas podrían sufrir hambre, escasez de agua, inundaciones costeras, sequías y tormentas. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que millones de seres humanos se verán amenazados por el incremento de la malaria y otras enfermedades debidas a la mala calidad del agua y a la desnutrición.

Tal descalabro generará también cambios dramáticos en la agricultura y en los modos de producir alimentos, ya que miles de especies de plantas y animales que no puedan adaptarse a los cambios se extinguirán.

Ignorando deliberadamente esta realidad, muchos analistas del primer mundo han venido sosteniendo que el planeta no enfrenta la disyuntiva de tener que escoger entre el desarrollo económico o evitar el cambio climático. El Informe Stern los desmiente tajantemente. Según el destacado economista inglés, el desarrollo económico mundial pasa hoy necesariamente por replantear su relación con el medio ambiente y de ahí extrae su conclusión más contundente: a la larga, la mejor estrategia para alcanzar el crecimiento y el desarrollo económico sostenible es hacer frente al cambio climático. Lo contrario es un suicidio colectivo.


Ello nos trae al Perú. Ante esté sombrío panorama cabe preguntarse ¿qué están haciendo nuestras autoridades al respecto?
Más allá de los débiles, pero muy loables, esfuerzos de entidades como el Consejo del Medio Ambiente para promover campañas de concientización con los escasos recursos que les provee el Gobierno Central, lamentablemente poco mas se esta haciendo; el Gobierno debería asumir una agenda para el cambio climático y entre los temas que por ejemplo se debería incluir en ella podemos proponer, entre otros los siguientes: adoptar medidas radicales para detener la tala indiscriminada del bosque amazónico; promover mecanismos de canje de deuda por inversión en el medio ambiente; promover proyectos de energía alternativa como la energía eólica o solar; facilitar la renovación del parque automotor que constituye uno de los principales factores de contaminación ambiental; modificar la legislación municipal para hacer más eficiente la capacidad de recaudación de los arbitrios de limpieza publica; permitir a las autoridades municipales destinar los recursos económicos necesarios para la convertir los actuales botaderos en rellenos sanitarios, que sean operados en forma adecuada...

Y la lista seguiría indefinidamente, pero es hora de actuar y cuanto antes lo hagamos, las futuras generaciones deberán pagar menos por las consecuencias de nuestra irresponsabilidad.

Por: Jorge Zegarra R.

Por: Jorge Zegarra

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